La situación analítica y el marco propuesto son propicios al retorno de la confusión y el analista está al corriente de la intimidad del sujeto. Con el abuso sexual, la escena de la fantasía se ve aplastada por la escena del acto. La confusión se alimenta con la negación del entorno y la denegación de la vivencia traumática. La transferencia, promete la posibilidad de acceder a un tiempo en el cual el hilo de la fantasía es encontrado gracias a la ternura del psicoterapeuta. Es importante que la negación no sea revivida durante la sesión.
Adolescence, 2025, 43, 2, 261-271.